PASADO, PRESENTE Y FUTURO
El mundo de las finanzas y los mercados financieros tiene un sabor agridulce. Sobretodo en el mercado en el que opero ya que aquí no somos inversores... Somos "especuladores" en el sentido noble de la palabra. Para que nos entendamos bien expondré un ejemplo:
- Comprador de acciones: Añadimos a nuestra cartera acciones de American Express la cual cotiza en el índice norteamericano "Dow Jones" el día 18/04/2013. El día 10/05/2013 vendemos y obtenemos una rentabilidad del 9,15%.
- Comprador de productos financieros: Añadimos a nuestra cartera de opciones alcistas American Express en la misma fecha vendiendo de nuevo en idéntica fecha. Obtenemos una rentabilidad del 116% restando comisiones.
La comparación es "brutal" pero el riesgo es diferente. Con las acciones la rentabilidad/pérdida esta sometida al movimiento de la cotización. Pero con los productos financieros los factores de riesgo están alineados al tiempo de finalización del contrato y a varias variables. Las más importantes para mí son "Delta y Elasticidad". Si aún mantuviésemos el producto de American Express el precio de nuestra especulación bajaría igual de rápido en pocos días si se conservara en el mismo precio o bajara un poco. Por lo tanto, debemos salir en cuanto el precio se pare en conjunto con lo que haga la cotización. El aviso es muy rápido ya que puede durar entre unas horas y tres días.


Existen muchos personajes famosos de la historia en la familia de los especuladores. El primer especulador podemos encontrarlo en la Biblia: José de Egipto, que se dedicó a especulaciones verdaderamente arriesgadas y hasta peligrosas. Era consejero de finanzas del faraón y supo sacar a tiempo las visiones de los sueños de su señor, con las siete vacas gordas y las siete vacas flacas.
Durante los siete años de abundancia decidió almacenar grandes cantidades de cereales que, después, durante los siete años de escasez volvió a poner en el mercado a un precio mucho más alto.
En la antigua Roma, centro financiero de la zona del Mediterráneo, florecía la especulación. Se especulaba al por mayor con cereales y otras mercancías. La apasionada política de Catón, aumentaba la posibilidad de la destrucción de Cartago. Esta se consideraba el granero del mundo, y cuando los soldados del general Escipión entraron, saquearon los almacenes y los silos. Sobre Roma cayeron toneladas y toneladas de grano además de la cosecha propia. Al principio, los precios bajaron poco a poco para acabar finalmente derrumbándose. Muchos especuladores perdieron con ello sus fortunas.
En Roma existía un foro en el que los ciudadanos ricos se reunían para realizar sus transacciones, que se encontraba en las proximidades del templo de Jano. Era allí, donde Cicerón, el más destacado de los abogados de su tiempo, buscaba indicios o rumores que le ayudaran a sus especulaciones sobre terrenos, monedas y diversas mercancías.
Tras un tiempo Cicerón consiguió reunir una considerable fortuna. Afirmaba ya en aquella época que el dinero era el sistema nervioso de la República, y estaba plenamente convencido de que la especulación constituía el motor de la formación de capitales. Diariamente se reunía en el Foro con destacados financieros y comerciantes de paso. Especulaba con terrenos y fincas, así como con proyectos de construcción y con la concesión de recaudaciones de impuestos. Como senador estaba en condiciones de conseguir informes de primera mano acerca de proyectos urbanísticos, lo que le resultaba de gran ayuda en sus especulaciones. Esta situación me suena de algo en lo que pasa hoy con varios gobiernos actuales.
También sir Isaac Newton, el inmortal descubridor de las leyes de la gravedad, intentó la especulación bursátil, aunque sin éxito, hasta tal punto que acabó prohibiendo que la palabra Bolsa se pronunciara en su presencia.

Beaumarchais, Casanova y Balzac fueron bolsistas empedernidos. Balzac necesitaba grandes sumas de dinero para mantener su estilo de vida, por lo que escribía novelas, relatos cortos, ensayos y todo aquello que pudiera producirle dinero. Pero como eso no le bastaba, recurrió a la especulación bursátil, acudiendo con frecuencia a visitar al barón de Rothschild para tratar de conseguir alguna confidencia o consejo.
Y como no... Lord Keynes, el más importante de los especialistas en economía política de nuestro siglo pasado. El Gobierno británico puso esta inscripción en su retrato oficial:
"Lord John Maynard Keynes, el hombre que consiguió crear una fortuna sin trabajar".
En conclusión, estos hombres consiguieron poner su grano de arena para formar parte del cambio histórico de cada una de sus épocas y convertir un sistema financiero que ha ido recopilando el trabajo de cada uno de sus componentes. Pronto veremos más artículos sobre sucesos históricos bursátiles que dieron mucho de que hablar. Pero tener en cuenta que si no comprendemos nuestro pasado no podremos acercarnos al futuro.
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